martes, 14 de octubre de 2008

Un año como una caricia, un año como un suspiro, tan lleno de hechos, situaciones y acontecimientos.

Caer y levantarse, golpearse contra aquellas paredes, caer tantas veces, golpearte, auto golpearte y no parar, no paraste de sangrar, tus venas saturadas de terrible tristeza, sentimientos tan fuertes estremecian tus huesos.

Y te levantaste, seguiste, miraste hacia adelante, pero ninguna tarde, ningun amanecer, ninguna noche, dejaste de recordar y guardaste aquello que te h
izo vibrar, llorar, reir, sentir como quizá nunca antes. Habia sucedido algo nuevo, algo q antes no habías experimentado, y eras consciente de aquello, y por eso, lo guardaste.

Renacíste, lloraste, reíste y te embriagaste. Nuevos caminos debian de llegar y sabías que sólo por uno ibas a avanzar y quizá un poquito, volar. Pasó el tiempo, los dias, las horas, las canciones, los petalos se fueron cayendo, el viento y sus olas, sus queridas novias olas. El viento en mis ojos y el viento correr en tu alma, la arena se llevo lo que ya no existía, sólo en tu imaginación, correr libre bajo el
viento. Volaste, llegaste a sentír liberarte, nada mas importaba: todo lo de afuera, es sólo eso, ajeno a tu persona; y vos: un escudo contra todas las energias en penunbras. Llorando algunas tardes, riendo otras noches, brindando y sintiendo, los aromas del afuera. Afuera de este mundo, nuestros mundos pueden ser mejor.

Y el ph de tu saliva, el rocio de esta noche, el sol saliendo esta mañana... la luna extraña siempre al sol y mientras caminas bajo el sol rajando tu cabeza, tus pensamientos volando como plumas en el viento, el cielo, tan azul saturado, infinitos pájaros danzantes. Ahí te encontrabas, con aquél denominado misterio, para tu corazon. Todos los pensamientos, preguntas, miedos, todo se esfumaba, parecías volar, flotar en el aire cargado de jazmín.

Era ot
oño, una noche con gusto a verano, verano en tus venas, en tus poros, sintiendolo en cada parte de tu cuerpo, en aquél instante, cargado de tanto y nada a la vez. Pero eso no importaba, sólo el abrazo, sólo el beso, que duro por segundos, interminables, congelados en el tiempo, y despues, palabras, como buzqueda de respuestas a infinitas preguntas, las palabras eran infinitas, abrumadoras y frágiles, tan livianas que el viento eligió llevárselas.

Ahí estabas, con tus pensamientos agotadores, tediosos, invasivos, impedidores del descanzo, tambien tus interminables planteos, pero estaba lo
más importante: la esperanza, nunca perdida, la vida, una vez más te sorprendia, la que tan poco te gustaba, preferías saltearla pero la vivías, eras un libro de quejas, pero en el fondo amabas vivirla.

Va pasando, cuando menos lo piensas sos adulto, cargado de preocupaciones, obligaciones y cosas que resolver, pero eso no importa, es rutina, a un lado con ese mundo! Sí importa el tiempo, que se va, de tus manos, de las mias, de los ojos, de los zapatos. Te vas, me voy. Venís, y estoy.

Ya no importa el tiempo, sólo las horas que pueda
s ir guardando.

Un año, él cree no conocerte bien y quiere sentirse amado, no se da cuenta, aun no lo sabe, su conciente no se lo ha comentado.

Lo sabes, en el fondo; que estás lista: lista para todo, lista para decir, para ya no guardarte. En tu alma los silencios te invaden, y estás tan lista que asusta. Segura, ninguna confusión distorsionando tus sentimientos, quieres gritárselo, pero el miedo... el miedo se va con el amor - y eso es lo que parece llenarte-.

Vida, alegria, amor, esa es tu verdad, esos instantes reflejan la realidad, la realidad, desde tus ojos, desde los suyos, ficticia de la imaginación, la de los soñadores, la no realidad.

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