Pensar en aquel que jamás existió. Hoy a falta de bici viajaba en colectivo, como siempre; curioseando todo a mi alrededor, de las ventanas del colectivo hacia afuera.
Y fué un segundo, una imagen quedó grabada en mí, como si la hubiera capturado, claro que sí, en mi mente. La imagen estaba conformada por un niño de unos tres años de edad, su pelo clarito y voluminoso por sus rulitos, caminaba de la mano de su abuela. Y él fué como un sueño. Te acordás? Claro que no debes recordar. Pero yo sí...
Su existencia en los sueños. Su existencia en la imaginación.
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3 comentarios:
indiana! es genial encontrarse niñxs mientras viajas por la ciudad, hoy mientras iba al trabajo uno me sacó la lengua! jaja
ayer en el taller volvi en colores!
un abrazo !
m
Claro Manu. Igual el texto va más alla del hecho d haberme encontrado con un niño, de todos modos, sí, es genial.
Me alegra que te hayas llenado de colores.
Abrazos
ja, cuantas veces resulta mejor recordar sólo lo que imaginamos, no?
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